Ayer he tenido el gusto de ir a ver la obra de teatro «Aeroplanos» en el Rosalía. Mi motivación inicial fué que la interpretaban Ernesto Chao y Xosé Manuel Oliveira, a los que yo, modesto fan de «Platos Combinados», admiro un montón.
En mi ignorancia dramatúrgica desconocía que el autor es argentino y que la misma obra transcurre en un suburbio de Buenos Aires. Fué lindo y curioso ver y oír en gallego a dos viejos argentinos hijos de la inmigración, un «gallego» y un «tano». Y no me provocó ningún conflicto; quizás porque las barreras no existen, o no están donde las dibujan constantemente.
Así que se me juntaron una obra linda, dos actores lindos, y un poco de nostalgia. Y esa mezcla, por qué no confesarlo, me arrancó una que otra lágrima. Afortunadamente para los machos del público, Chao y Pico saben combinar las emociones con las chispas justas de comedia para que los espectadores podamos conjurar las lágrimas con risas, cuando no con carcajadas, antes que la vecina de butaca se dé cuenta de que se te está piantando el lagrimón.
Ha sido magnífico. Si alguna vez me leéis, Ernesto y Pico: ¡Gracias!
Edito: He encontrado el guión, en castellano. Lo han quitado
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