Hoy me han pillado verborrágico y criticón. Y además, después de opinar sobre las medidas segregacionistas de la ministra, no puedo dejar pasar las últimas declaraciones del presidente. No sea cosa que la ramita me tape el bosque.
Yo no creo que esto de la ministra sea una cortina de humo para tapar los problemas importantes. No lo creo porque no es suficiente humo para cubrir el incendio que hay detrás. Mas bien diría que es una zanahoria que nos ponen cual burritos para que pensemos que vamos por el camino de la izquierda. Y es que tengo amigos que aún me dicen: «si, pero con todo, no es lo mismo que el PP». Yo también lo creía, pero ya se me pasó.
A Zapatero le crecen los enanos. En el congreso, los grupos minoritarios, de izquierda y no tanto, le han dicho claramente que su apoyo a la directiva de la vergüenza es inaceptable, que esta apoyando un «guantánamo europeo». Su respuesta, lejos de ese «talante» que usa para quedar bien con sus no-tan-opositores, ha sido casi un escupitajo en el ojo: ‘calificó algunas de estas críticas como fruto de la «ignorancia supina elevada a la categoría de lo insólito o de una demagogia insostenible»‘ y luego dijo que ‘»ni un solo inmigrante de la UE ha visto empeorada su situación» por la aprobación de esta directiva‘.
Primero nos insulta. No le pedimos que nos regale dinero, sería de una ignorancia supina pensar que un gobierno podría pretender mejorar la economía tirando dinero desde un avión, digamos, 400 mangos por barba. No le pedimos que gobierne sobre el diccionario, porque sería de una ignorancia supina suponer que los problemas nacionales se solucionan cambiándoles el nombre. Le pedimos que su gobierno, como gobierno de izquierda que dice ser, trabaje para extender y mejorar la aplicación de los derechos humanos y no lo contrario. Le pedimos que, como socialista y obrero que pretende ser, como mínimo no destruya aquellas pequeñas mejoras que a la clase obrera le ha costado décadas de lucha y sangre derramada conseguir, y repito lucha y sangre, porque lo que consiguieron los obreros no se los regaló ningún congreso. Y por eso somos unos ignorantes. Somos ignorantes porque no queremos comernos la zanahoria que nos pone delante, porque no somos miopes y miramos el bosque en lugar de la ramita con la que quiere camuflarlo.
Y después de insultarnos, nos toma por pelotudos: diciendo que «ni un solo inmigrante ha visto empeorada su situación», ¿está admitiendo que en España ya se pasaban por el forro las leyes sobre inmigracion? ¿está admitiendo que en España y bajo su gobierno los inmigrantes son retenidos ilegalmente durante mas tiempo del contemplado en la ley? ¿está admitiendo que en España ya se expulsan a los inmigrantes, incluso menores, a países que no son el de su procedencia? ¿y nos llama ignorantes?
La respuesta no la digo yo, la dice el mismísimo Rajoy, que ha sonreído y casi no ha tenido nada que discutir, solo le faltó decir «sois mas de derechas que nosotros».
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