Aparentemente alguien intentó darle una cachetada a una política, y han saltado todas las alarmas: los jóvenes son violentos, no respetan la democracia, manga de terroristas.
Y quien se queja y usa las leyes a su antojo es alguien que desprecia la democracia, que alaba la dictadura y considera que con Franco se vivía mejor (es cierto, había familias que vivían muy bien con Franco. Pero no entiendo de qué se quejan, si siguen viviendo de puta madre).
Cuando las comitivas de esos políticos dan golpes a los manifestantes no hay ningún inconveniente, a nadie le importa. Si la policía solo sirve para pegarles a unos tampoco importa. Pero si un manifestante revolea un sopapo, ya hay dos personas encerradas, se habla de que serán siete, y todos expulsados de la universidad. Una universidad que debería ser de sus estudiantes. Así está el patio.
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