Después de haber arrastrado su nombre por el fango, después de tantas mentiras, sale por fin la sentencia del tema de sedaciones en el Severo Ochoa. ¿Se le puede resarcir a alguien tanta inquina? Es alucinante que los que participaron mintiendo y acusando a inocentes se queden ahora tan anchos con cara de «yo no he sido» y «qué bien que la justicia se pronuncie».
En fín, sigamos consintiéndolo, para eso tenemos nuestra mentalidad cristiana ;). A ver…, sí, ya tengo la otra mejilla lista, denle a lo del aborto…. ¡Anda! ahora que me fijo, no me quedan más mejillas, ya me las gastaron…
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