En fin. Ganó el florero vacío (como bien ha apuntado Felix Soria). Un personaje que se asoma con sonrisa vacía y saluda con gesto piadoso, con el codo y la muñeca flexionados, como la reina del carnaval. Detrás puede haber cualquier cosa. Ojalá hubiera ganado Valeria Maza («la cucaracha… la cucaracha…»), que nos depararía lo mismo, pero está mas buena. Me recuerda a aquella gloriosa «Desde el Jardín» (Being There, o «Bienvenido Mr. Chance» en España) de Peter Sellers.
También diré que las opciones eran bastante pobres. Otra candidata de izquierda (porque casi todos dicen ser de izquierda eh! En realidad hay una especie de protocolo al respecto, como en España hay que decir que se está en contra del terrorismo al principio de cualquier discurso: «yo repudio al terrorismo / yo soy de izquierda» y después da igual con quien te juntes, a quién le vendas armas, a quien metes preso, a quien amnistías, etc). Decía: la otra candidata de izquierda, fervientemente catolica, antiabortista, que defiente las privatizaciones y la renegociación de la deuda para seguir pagando ad eternum. Vamos, tan de izquierda como Bono.
Y para de contar. Por detrás seguían dos ex-ministros de economía (en lo personal, creo que por dignidad todos los ministros de economía argentinos deberían retirarse silenciosamente de la vida pública; pero no, se presentan para presidentes). Un cacique provincial, que con la cantidad de cargos que acumula su familia deberían ser duques o algo así. Los partidos realmente de izquierda suman a su pobre electorado el hecho de dividirse en varios partidos, con lo que se quedaron en el 0,5% cada uno. A la cola de la comparsa venían un carapintada y un tipo que se hizo una rinoscopia para demostrar que no es cocainómano.
Es interesante destacar cómo se han mezclado candidatos peronistas y radicales (las dos fuerzas políticas predominantes en argentina), en listas que no representaban a esos partidos. Me explico: no había listas del Partido Justicialista y de la Unión Cívica Radical. Es como si en las elecciones españolas no hubiera PP y PSOE. En cambio, se encontraban listas con candidatos a presidentes peronistas con vicepresidentes radicales, con nombres estrambóticos del tipo «Frente Social Popular Nacional Federal Unitario Para La Victoria Y El Progreso».
Hace unos años los argentinos reclamaban «que se vayan todos», pero lo que hicieron fue cambiarse de nombre.
Yo voté con mas ilusión que esperanza, a dos partidos que se encuentran entre los menos votados.
Nota para españoles: En Argentina la elección es directa. Se vota a presidente además de diputados y senadores. Y es por separado, con lo que se puede votar a un presidente de un partido, pero a diputados de otro.
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