Acabo de ver la película «El Concursante», con Leonardo Sbaraglia y dirigida por Rodrigo Cortés.
Un tema bueno, interesante. Buenos actores, además de Sbaraglia es un gusto ver a Luis Zahera, conocido en tierras gallegas. Una pena semejante desperdicio.
La película está hecha como un videoclip. Sin ninguna linealidad, salta adelante y atrás en cualquier momento y sin que quede claro el porqué de usar ese recurso, además de marear al público. La cámara moviéndose por todos lados, dando saltos, girando. Que la cámara gire alrededor del protagonista mientras habla por teléfono en un momento crucial está bien; que de 5 o 6 vueltas al mismo tiempo que da saltos es un embole que provoca náuseas.
Los discursos están bien, es natural que quien cuenta la historia tenga ideas y quiera expresarlas. En ésta el discurso es demasiado largo, ocupa casi todo el argumento y no deja espacio para otra cosa. Encima acompañado de escenas místicas y personajes estereotipados.
Está bien para pasar el rato, sobre todo si la ves en vídeo y puedes ir adelantando minutos. Tiene buenos detalles aquí y allá, y la idea básica (el sistema económico voraz del que somos presa) está bien. Pero no dan ganas de volver a verla. Incluso podría haber aprovechado mejor el tiempo en otra cosa.
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